Blog / 11 de abril de 2016

Bootstrapping: tú financias tu idea de negocio

Recientemente me topé con un artículo de Entrepreneur sobre bootstrapping. El término ya lo conocía, y siempre quería escribir un artículo sobre él.

¿Qué es bootstrapping? Es financiar tu empresa, tu start-up, mediante tus propios recursos. Esto es, no acudes a rondas de inversión, ni buscas fondos a través de crowfunding. Como diría Antonio Banderas, «te la juegas«, con tu propio dinero.

Esto no significa que no puedas acceder a fuentes de financiación (factoring, leasing, etc.); significa que te juegas tu propio dinero y tu propio patrimonio, y que accediendo a las mismas lo comprometes. Obviamente, si tus recursos propios son importantes, el acceso a estas fuentes es más sencillo.

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Además, este modo supone tener más cuidado en términos de la validación y puesta en marcha de tu idea de negocio. Cada paso cuenta. Más aún, el proceso de emprendimiento es más cadencioso, más lento, ya que la falta de fondos hace que las posibilidades de que crezcas de forma exponencial son más pequeñas.

Por contra, tienes un mayor conocimiento del cliente, ya que está más cerca, lo conoces mejor y analizas mejor sus necesidades. Normalmente, emprender sólo con fondos de inversores hace pensar a lo grande; en este caso te centras en lo cercano, y vas expandiendo tu idea de negocio conforme la validas con los clientes, que están, inicialmente, en tu entorno.

A pesar de todo, es importante buscar un equilibrio entre la financiación del negocio y las necesidades propias del emprendedor para cumplir con su «pirámide de Maslow» personal. Es decir, hay que buscar un equilibrio entre lo que te juegas en el negocio y lo que necesitas para vivir. Pero esto son decisiones que entran dentro del ámbito personal, en el que manda cada uno de nosotros.

Como indica el Young Entrepreneur Council, esta forma de emprendimiento tiene ventajas que hay que considerar:

  • Libertad en la creatividad. Al emprender con tus propios fondos, eres libre de tomar tus propias decisiones. Es más, tu proceso creativo no tiene que contrastarse con tu pool de inversores.
  • Pequeño = Rudimentario. Con menos fondos, actúas de forma más artesanal. Tienes que cuidar tus pasos; pero, por contra, te sientes más cómodo con tus productos, conoces mejor el mercado, y estás más cerca del cliente. Este concepto, customer intimacy, es un elemento clave en el éxito de los negocios.
  • Creas mejores productos. Al estar más cerca del cliente, creas nuevos productos con un menor gap relacionado con lo que espera el cliente.
  • Decisiones más inteligentes. Es tu dinero el que está en juego, por lo que tus decisiones tendrán el punto adecuado de riesgo, que sería diferente si te la jugases con el dinero de otros.
  • Menor influencia externa. Tus decisiones no tendrán que ser validadas por ningún consejo de inversores. Asumes tus riesgos, lo cual te hace crecer.
  • Te la juegas más, pero si sale bien tienes mayores beneficios.
  • Mayores márgenes operativos. Al tener pocos costes de estructura, si tu negocio funciona tendrás mayores márgenes operativos. Además, esto te permite jugar mejor con el precio de tus productos/servicios.
  • Mayor progreso. Eres el dueño de tu idea y tu asumes el riesgo y el ritmo de tu proceso emprendedor. Si aceleras, eres tú quien tomas las decisiones, y no tienes que pasarlas por ningún filtro. Si aceleras, el progreso es mayor.

 


Tags:  bootstrapping emprendimiento financiación innovación

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Alberto Arroyo




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